Carolina Parada lideró en Silicon Valley los laboratorios de comprensión de lenguaje de empresas como Nuance, IBM y Google, después de finalizar su doctorado sobre reconocimiento de voz en la Universidad John Hopkins.

En Google trabajó en el equipo Hot Word, con el fin de lograr que las máquinas entendieran el lenguaje natural de las personas, como si fuera una conversación real.

Por eso se le atribuye un papel de liderazgo en la creación del asistente de voz de Google, la misma tecnología que usan otros asistentes de voz como Alexa de Amazon, Siri de Apple, Cortana de Microsoft o Bixby de Samsung, a los que se les puede preguntar por el clima, hacer búsquedas por internet, llamar a personas o preguntar por direcciones de restaurantes cercanos.

Hoy, la venezolana Carolina Parada es la ingeniera principal de aprendizaje profundo de una nueva división de la empresa Nvidia, y su misión es aplicar sus conocimientos sobre inteligencia artificial al desarrollo de autos autónomos, en medio de una frenética carrera entre las mayores empresas del mundo por conquistar ese mercado.

Silicon Valley

“Cuando era pequeña veía Los Supersónicos, unos dibujos animados que vivían en el futuro, entonces siempre buscaba la manera de aprender sobre robótica y computación”, cuenta Parada desde Boulder, Colorado, donde vive actualmente, después de pasar muchos años en Silicon Valley.

Hija de padres ingenieros, a los 21 años se mudó de Venezuela a San Francisco, California.

Mientras hacía su doctorado en la Universidad John Hopkins, EE.UU., se dedicó a investigar los temas de inteligencia artificial y, en ese campo, su primera experiencia fue el reconocimiento de voz.

“Es muy interesante que puedas diseñar un algoritmo y que luego lo pongas dentro de un teléfono y él escriba lo que tú le estás diciendo”, cuenta Parada.

La ingeniera de 37 años dice que son infinitas las posibilidades de automatización con la inteligencia artificial, especialmente cuando hay tareas que son repetitivas y siguen un patrón.

Es un campo con un potencial de desarrollo gigantesco que tiene aplicaciones en todas las industrias, como por ejemplo la medicina.

“Siempre que tengas una computadora con millones de sensores leyendo mucha data, va a a funcionar mejor si utilizas inteligencia artificial”.

“Las computadoras están tratando de convertirse en un cerebro humano”. Y el cerebro humano, dice la investigadora, aprende a interpretar las señales con una gran cantidad de información que se acumula a través del tiempo.

Por eso los científicos hablan de que las computadoras están “aprendiendo a aprender”.

Según el último informe de la consultora Tractica, las ganancias provenientes de los software de inteligencia artificial crecerán desde US$1.400 millones en 2016 a US$59.800 millones en 2025.

Eso porque la mayor parte de la industria requiere este tipo de herramientas para mejorar su producción, como por ejemplo, el sector financiero, automotriz, el marketing, o la industria aeroespacial.

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